Hoy es un día especial para nuestra iglesia. Con el inicio de este nuevo año, renovamos nuestro compromiso como cuerpo de Cristo y abrazamos el lema que guiará nuestras acciones y corazones: "Permanencia". Inspirados por las palabras de Jesús en Juan 15:4, "Permaneced en mí, y yo en vosotros", reafirmamos nuestra conexión continua con el Señor.

La permanencia no es solo resistencia ante los desafíos, es florecer y dar fruto en medio de ellos. Es vivir una vida de fidelidad, dependencia total en el Señor, y compromiso con su obra. Este año, la iglesia se une para declarar que no seremos movidos por las circunstancias ni por las voces externas; nuestra fe estará firmemente arraigada en Cristo.

Permanecer significa más que mantenernos; es crecer espiritualmente, impactar a nuestro entorno y glorificar al Padre con nuestras acciones. Por ello, invitamos a cada miembro a preparar sus corazones y manos para un año de transformación, fidelidad y conexión profunda con el Señor.

Que este 2025 sea un tiempo de renovación espiritual y fortaleza en Cristo, porque solo en Él encontraremos la verdadera vida y el fruto que glorifica al Padre. ¡Dios les bendiga!